El día 14 de marzo de este año se decretaba un Estado de Alarma en nuestro país para gestionar la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19. Algunos estudios nos hablaban sobre la permanencia del virus en las superficies y el riesgo de transmisión. Desde entonces, la desinfección de nuestras pertenencias se convirtió en una especie de ritual que seguíamos religiosamente para intentar preservar nuestra salud y la de nuestros seres queridos.
En el mes de julio, la reconocida revista médica británica The Lancet publicó un interesante informe del investigador Emanuel Goldman. Este experto en Microbiología, Bioquímica y Genética analizaba varias investigaciones sobre el riesgo clínico significativo de transmisión del SARS-CoV-2 a través de superficies y objetos inanimados. Critica que muchos estudios se dan en un escenario poco probable en la vida real, ya que están elaborados en unas condiciones muy concretas en un laboratorio.
“La posibilidad de transmisión a través de superficies inanimadas es muy pequeña, y solo en los casos en que una persona infectada tose o estornuda en la superficie y alguien más toca esa superficie poco después de toser o estornudar (en 1 a 2 h)”, señalaba Goldman. Posteriores estudios han respaldado científicamente su opinión: la transmisión a través de fómites es posible, pero poco frecuente.
Entonces, ¿se deben desinfectar las sillas de ruedas? El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, aseguró hace unos meses que, en el caso de que alguien empuje la silla de ruedas, se podrían desinfectar los manillares. «Pero si esta persona no está enferma, no tiene síntomas y ha tenido la precaución de no tocarse la cara, no tocarse las mucosas o incluso llevar guantes el riesgo es también cercano a cero. No puedo decir que sea cero pero sí muy, muy bajo. Yo creo que no hay que preocuparse más de la cuenta», añadió Simón.
No obstante, la limpieza y la desinfección sirven como método de prevención de infecciones para las personas usuarias de sillas de ruedas y para minimizar los pequeños riesgos de contagio. La empresa Sunrise Medical, fabricante de sillas de ruedas, compila algunas recomendaciones para cuando se tenga que realizar una correcta desinfección:
- Los puntos críticos son las ruedas (pueden desinfectarse con un gel específico o agua y jabón), las empuñaduras, los reposabrazos, el joystick y los aros de propulsión, el cojín del asiento y el respaldo.
- Es importante que la silla de ruedas se seque adecuadamente para evitar su deterioro. Mejor utilizar un trapo húmedo que totalmente mojado.
- Se deben evitar los detergentes sintéticos, esmaltes de cera, blanqueadores, abrasivos, aerosoles y disolventes.
- Previamente, se aconseja consultar el manual de instrucciones de la silla de ruedas.
- En el caso de las muletas o los bastones, se deben desinfectar aquellas partes de mayor contacto.
Poco a poco se conocerá más sobre la enfermedad y su transmisión. Por ello, solo nos queda recordar que es importante seguir las recomendaciones sanitarias. Mantener el distanciamiento físico, llevar mascarilla, lavarse las manos, ventilar la casa y evitar las aglomeraciones son, de momento, las medidas más eficaces.
Fuentes: The National Library of Medicine (NLM), The Lancet, Clinical Microbiology and Infection, Organización Mundial de la Salud, Europa Press, Sunrise Medical
4 Comments
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